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DECADA DE LOS OCHENTA:

YO FUI AUTODIDACTA.
Jubilado ya de su Cátedra, Rafael Requena está ordenando la obra de tantos años, ésa que el artista se reserva para sí mismo y encuentra cosas que le llevan a aquellos años del pueblo, cuando empezaba a dibujar. Piensa mucho en el sacrificio de tanto tiempo y en el esfuerzo realizado para llegar a la meta marcada. Se ha puesto cerca del corazón el dibujo que hizo del porche de la casa, con su padre sentado haciendo pleita y al fondo el corral, la bodega y su cuarto "que tenía entonces como un estudio y en el que me quedaba solo con mis sueños.
Pensando en aquellos tiempos Rafael Requena se detiene en los recuerdos más hermosos: "Yo fuí un autodidacta, casi no tuve maestros. A los catorce años, alternaba el trabajo de la siega y la vendimia con los dibujos que hacía a ratos que a los demás les podían parecer perdidos, pero que para mí eran muy importantes. Si podía, mientras estaba en la siembra de la patata en el campo, cuando descansábamos para almorzar, yo me pintaba un paisaje de Caudete. Mi obra fué siempre lenta en la evolución, como si no hubiese tenido prisa, sin embargo, ya lo creo que la tenía. Había en el pueblo un pintor industrial llamado Manuel Ibáñez, con bastantes conocimientos artísticos y que había pintado algo al óleo, y otro llamado Cotarelo que estudiaba Bellas Artes que me dieron algunas orientaciones. No tenía maestros, pintaba, o mejor dicho dibujaba cuando podía y leía mucho. Me fui haciendo solo y sabía en el fondo que lo de hacerme a mí mismo me ayudaría mucho cuando estuviese en Madrid.

Isabel Montejano.