Son miradas disueltas en agua:

el silencio del color abruma la piel

y la realidad y el sueño acaban y empiezan.

La belleza se detiene sólo para que tú la toques,

la luz vuela para aparecer entre tus nubes,

no existe un lugar que no desee tu tormenta

ni un campo que no luche por esas amapolas.

Todos somos capaces de olvidar el tiempo

para sentir a través de papeles empapados

y caminar en calma las sendas de mundo

si nos guías tú.

Ana Requena Aguilar

Amanece, la luz se enreda entre las nubes,

atmósfera transparente

que hilvana un violeta.

Un mar sereno

mecido por la brisa,

insinúa espíritus dorados

reflejos que el horizonte

envuelve al infinito.

Amanece la bruma en gris

se esconde y huye

malherida por el sol.

Amanece

y esta acuarela transforma mi alma.

Maite Requena Burgos

A UNA VISIÓN EXPRESIONISTA
de mi amigo Rafael Requena

Has encerrado el puente de la vida
entre brumas de enigmas,
estancias espectrales de viejos fantasmas,
entre árboles resecos, símbolos del silencio
y la fronda agitada que recuerda
la maraña enramada del lenguaje,
cuando el amor no queiere
trenzar en armonía el árbol de los sueños,
el árbol delirante del poeta.

¿Quién esperas que cruce el puente solitario?
¿Acaso ves el grito del alma expresionista,
que encerrado en designios de ceguera,
se proyecte en tu ciclo, como expresión de luz?

Las aguas bajan mansas, imperturbables,
para decirte, artista,
que los caminos del hombre y de las aguas
solamente se encuentran,
cuando el tiempo se rompe en el embalse
y arrancan al ser que cruza la presa de la muerte.

Acindino Millán,

"NEVADA EN TIERRAS DE LA MANCHA"

Hay más cielo que nieve
en el altar de la llanura, hay más malvas que blancos
y se abre entre las nubes
un fulgor que hace piel la tierra a la que mira.
Hasta ahí han llegado
desde los manantiales de tus ojos,
por los afluentes de tus dedos:
contenido silencio, agua cautiva.
¡Qué plenitud tan fría
cuando en tu frente hierve
un agua de sollozo que bautiza!
La luz se ofrece
sin preguntar qué día hace.
¿Quién ve su sacrificio?
Sólo vemos el día.
Pero todo este frío se irá
y esta agua que es tu hija
y es lágrima, será mar, madre abierta
que te abrace y te beba y te serene.
Mira,
todo este blanco inmenso es para ti,
qué más da si es espuma o nieve.
Son tus pinceles yedra, tus manos peces
y el estanque que siempre fuiste es ría,
agua que se desborda.
Ya no hay marcos que puedan contenerte,
eres agua, agua fluyente, agua que ya no se evapora,
agua sonora, eterna,
sin heridas.

Ángel Javier Aguilar Bañón